estocolmo, archipiélago

Atrapado por el síndrome de Estocolmo


Estocolmo fue fundada en una pequeña isla, conocida hoy en día como Gamla Stan (ciudad vieja). Para quien no conozca la ciudad, está formada por 14 islas y son más de 50 puentes los que las conectan, permitiendo así la circulación entre los barrios.

IKEA nos ha dejado claro que existe un estilo sueco pero este va más allá. El paisaje, las ciudades, la gastronomía, su cultura, todo es peculiar en Estocolmo.

Hablando de ello, la vida es completamente diferente a España. Los suecos van a su rollo, no se meten con nadie, de hecho es fácil ver a gente vestida de manera bastante excéntrica y que a nadie le sorprenda lo más mínimo, al contrario de lo que podría ocurrir aquí.

Lo cierto es que por muy secos que puedan parecer en un primer momento, también son respetuosos y amables y dispuestos a ayudar si se lo pides.


Estocolmo no solo tiene esas 14 islas de las que hablábamos antes, sino que a unos pocos kilómetros de la capital está lo que se llama el Archipiélago de Estocolmo. Este tiene unas 30.000 islas y en su gran mayoría están recubiertas de bosques.

Si piensas en Estocolmo o en Suecia rápidamente te vienen dos expresiones o dos frases a la cabeza. La primera es hacerse el sueco.

Hay un poquito de discusión respecto al origen de la expresión, la primera opción no tiene nada que ver con Suecia así que nos vamos a quedar con la segunda. Según esta, la expresión proviene de los marineros suecos que atracaban en los puertos españoles y aprovechaban que no conocían el idioma para hacerse los suecos y entender solo lo que les interesaba.

La segunda es el Síndrome de Estocolmo. Esta proviene de un atraco a un banco que llevó a cabo un preso que estaba de permiso en 1973. Este preso se llamaba Jan Erik Olsson. La policía llegó antes de que pudiera escapar y acabó encerrado dentro de la oficina con cuatro rehenes.

Estuvieron ahí dentro, nada más y nada menos, que seis días y los rehenes acabaron teniendo más miedo a lo que podía pasar si intervenía la policía que a los propios secuestradores. Al final los liberaron pero durante el juicio los rehenes mostraron bastante simpatía hacia sus captores, acuñándose así el término.

Para acabar dos pequeñas curiosidades.

Las puertas se abren hacia fuera, esto es por una cuestión de seguridad ya que, si es necesario evacuar, es menos probable que haya algún tipo de accidente.

Y parece ser que a los holmienses les encanta el sol porque no tienen persianas, aunque sí que es relativamente común que hayan cortinas o estores.

 

 

 

 

 

Atrapado por el síndrome de Estocolmo

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