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Los años de vanguardia también fueron los de Bauhaus, la unión estética y funcional del arte con el diseño creada por Walter Gropius. Esta herencia arquitectónica, junto con la urgente necesidad pos-República Democrática Alemana de reinventarse a si misma, ha sido el desencadente que ha provocado la aparición masiva de agencias inmobiliarias y de lo que ellos llaman la einstuerzende Neubau (construcción rápida de nuevos edificios). Hoy podemos ver como los principales arquitectos luchan por dejar su huella en esta ciudad. De esta manera, la nueva ciudad se contruye sobre las ruinas de la antigua tratando de no olvidar ni negar el pasado, sino cargarlo de significado creando santuarios para demostrar que han aprendido la lección.

Sin embargo, hay quienes no entienden todo este revuelo (especialmente los que no saben nada de grúas, vidrio y aluminio) y dejan pasar la oportunidad de observar como se transforma una metrópolis inusual, silenciosa, extensa y definitivamente rural en algunos lugares.

Berlin, con semejanzas a su cercana Amsterdam, se puede considerar como un pais dentro de un pais por el florecimiento de una cultura de bares alternativos y una energia caótica y carnal, aunque norteña, muy diferente a la de cualquier otro lugar de Alemania, si no de toda Europa.

 

Berlín, un muro que derribar

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