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Cracovia, ciudad real de Polonia (II)

El centro histórico de Cracovia, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1978, está dividido en tres zonas diferenciadas: la colina de Wawel, la ciudad medieval de Cracovia y el núcleo medieval de Kazimierz.

En el centro de Cracovia está laRynek Glówny , plaza mayor o plaza del mercado (ya que posee un mercado de planta rectangular en medio), de gran tamaño para su fecha de construcción y numerosas iglesias como la basílica a María Santísima (Kościół Mariacki) con dos torres desiguales, la Iglesia de San Wojciech y otros tesoros nacionales como Sukiennice (que es un mercado de telas y tallas que aloja también diversas tiendas, restaurantes pero también el Museo nacional de arte de Cracovia). Dice la leyenda que en la torre más alta de la iglesia vivía un guardián en el siglo XIII que avisó de la invasión tártara con su trompeta. Cuando sonaba la voz de alerta, una flecha atravesó su cuello y paró bruscamente. Hoy podemos ver al trompetista desde una pequeñas ventana tocando la misma melodía y como, posteriormente, para en seco de tocar dejándola sin terminar como marca la tradición. Antes se marcaban las horas del trabajo, de la comida o del dormir con el sonido de la trompeta. Otra leyenda cuenta que las palomas de esta plaza son los soldados del príncipe Probus convertidos por una bruja ya que éste, el príncipe que pidió dinero a Roma para poder unificar Polonia, lo utilizó con otros fines menos dignos y mucho más lujuriosos. Hoy en día, los soldados convertidos en palomas aún esperan que su príncipe los devuelva a su anterior estado.

 

Siguiendo nuestro paseo nos encontramos con la animada calle Florienska, centro magnético de la plaza. Fijaros bien en la cafetería de Jana Michalika. Tiene una decoración art noveau exquisita y se dice que los artistas pagaban el café con los dibujos que allí mismo creaban. Curioso, ¿Verdad?. Casi al final de esta calle se encuentra también la Barbacana que es la torre de defensa que formaba parte de una red de fortificaciones que circundaban la ciudad. Ayudaba en la protección también el Vistula y los lodazales que se formaban. Sólo hay tres en el mundo.

La colina de Wawel (significa territorio elevado en antigua lengua eslava) es el sitio más importante de todos los habitantes de Cracovia y base de la historia polaca. Fue como una «Meca» que todos, una vez en la vida, tenían y tienen que visitar. Si nos fijamos bien, en la entrada a la catedral se ven unos huesos grandes que son, según dice la leyenda, los de un dragón. Este animal mitológico se comía las doncellas y hubo un zapatero llamado Skuba quien preparó un brebaje de azufre para dárselo al dragón. Como el azufre le daba tanta sed, comenzó a beber agua hasta que finalmente reventó. A las orillas del Vistula podemos encontrar una estatua del dragón y podemos observar como expulsa fuego por la boca rememorando la leyenda. En el pórtico de la catedral se exponen los «supuestos» huesos del dragón. Hoy en día se sabe que son huesos de mamut, ballena y rinoceronte de la época glacial.

Al sur de la ciudad, fuera de Planty (el anillo verde que rodea la ciudad antigua y que sigue la línea de su foso medieval), nos encontramos con el antiguo gueto judío. Aquí se refugiaron todos los judíos que fueron expulsados de la ciudad en siglo XV y donde, hace escasos años, se rodó la película la lista de Schindler, cuya fabrica podemos visitar en el número 4 de la calle Lipowa, en el distrito de Podgorze. Este empresario conspiró para salvar a un grupo de judíos de la deportación al cercano campo de Plaszow, al oeste; mientras, a sólo 60 kilómetros del centro de una bonita urbe rejuvenecida, resplandeciente y despreocupada, con cultura y prosperidad, se encuentra una ciudad llamada Oswiecim, más conocida por su nombre alemán: Auschwitcz. Dedicaré otro artículo a contar lo que se puede sentir ante una de las mayores tragedias que se han realizado en nuestra historia más reciente.

Subiendo a las montañas, podemos visitar un bonito y pintoresco pueblo de visita obligatoria llamado Zakopane. En el camino entre Cracovia y Zakopane se pueden visitar iglesias hechas de madera que tienen un encanto especial. También aconsejo visitar el cementerio ya que la forma y diseño de las tumbas es curioso. El motivo que más se repite en ellas es el Jesucristo afligido. Motivo que aparece por primera vez en un cuadro de Alberto Durero y que no sirve para contar (como el vía crucis, el juicio) sino para pensar y reflexionar.

La gastronomía en Polonia es interesante sobre todo por sus sopas (entre las que destaca la sopa Zurek).Las sopas se crean con miles de combinaciones posibles entre carne y verdura. Toda una experiencia sensitiva que no debemos de dejar pasar. También, si estáis en Zakopane, probad el té montañés y el queso Oscypek con sabor ahumado. Sigamos nuestro viaje hasta Varsovia, capital actual de Polonia y ciudad totalmente reconstruida debido a la guerra.

 

Cracovia, ciudad real de Polonia (II)

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