Si te hablan de Londres seguro que se te vienen unos cuantos conceptos a la cabeza: la lluvia; las cabinas telefónicas y los buzones, mucha gente se olvida de los buzones pero también están repartidos por toda la ciudad; el Golden eye y el Big Ben. El archiconocido “mind the gap” del metro, que es lo que oyes una y mil veces porque el agujero que tienes que saltar para entrar al vagón no es apto para cardíacos.

Todo eso es Londres, pero todo eso y mucho más porque tened claro que se puede visitar la ciudad sin subir al Golden eye. Atracción sobrevalorada donde las haya si me preguntas a mí.

Pero si hay algo que ni se te pasa por la cabeza al pensar en Londres es la palabra “sol”. Llueve, hace mal tiempo y si tienes suerte igual visitas la ciudad en la semana de verano que tienen al año. El clima es malo, lo mires por donde lo mires, pero su gente no. La mayoría son amables e incluso te darán conversación, sobre todo si te los encuentras en uno de sus típicos pubs británicos.

Pero no solo es que llueva, es que parece que al sol le de miedo salir, anochece a las 3 o 4 de la tarde y eso quieras o no influye en el carácter de los que viven ahí. Por ello dicen que los londinenses son estirados y aburridos, pero nada más lejos de la realidad. 

Londres es una ciudad especial y muy diferente a España, por lo menos a Valencia y si estás acostumbrado al sol y a la playita es otro mundo distinto. 

Londres tiene unos cuantos puentes, y todos tenemos en la cabeza el típico puente que aparece en todas las postales y en todas las guías, ese con toques azules. Ese que NO se llama el London Bridge, sino el Tower Bridge y es que hay gente que los confunde. 

Y eso no tiene nada de malo…a no ser que seas un americano en los años 60 dispuesto a pagar dos millones y medio de libras por él. 

Puede que haga mal tiempo pero eso no evita que la ciudad este llena de parques por todas partes. Si crees que no hay vida en Londres solo tienes que visitarlos, y no te extrañes si acabas con una ardilla subida al brazo, o rodeado de cisnes y patos que no te dejan ni moverte.

Incluso en Hyde Park tienen un espacio que se llama el Speaker’s corner, en el que la gente se reúne para dar discursos y debatir. Normalmente va gente desconocida pero también han pasado por ahí algunos ilustres como George Orwell.

En Londres parece que no se han enterado de la crisis del ladrillo, vayas cuando vayas seguro que encuentras un montón de grúas y obreros trabajando. Y además tienen muchas construcciones  en piedra y ladrillo. Y es que resulta que en 1666 se produjo un incendio y Carlos II de Inglaterra decretó que todo se construyera así para evitar más pérdidas.

Y acabamos con de lo mejorcito que puedes encontrar en Londres, el barrio chino. Un lugar vibrante y de visita obligada, además si vas en febrero podrás ver las celebraciones del año nuevo chino.

Y como bonus, Londres está lleno de rinconcitos que hay que buscar, pero uno de ellos, si echas de menos algo de color en una ciudad tan aparentemente apagada es Neal’s Yard, todo lleno de casas de colores.

 

Londres, una «reina» por descubrir

Navegación de la entrada


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.