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Rotterdam, ciudad de arquitectura


Rotterdam es una ciudad que no tiene nada que envidiar a su vecina Amsterdam, bueno en realidad no se parecen en nada. Rotterdam es bastante moderna y tiene una arquitectura bastante original. Es la ciudad de la arquitectura de Holanda. Tiene rascacielos enormes y al mismo tiempo es una ciudad portuaria y a la última artísticamente hablando.

En Rotterdam es relativamente común sacar algunos de los productos de las tiendas a la calle, como maniquíes o electrodomésticos. Por si de camino a casa te apetece llevarte una lavadora, que oye, ¿a quién no le ha pasado?

La casa azul de Rotterdam. Como su nombre indica es una casa azul, pero azul azul azul. Su historia es bastante curiosa porque el edificio iba a ser demolido pero en el último momento los vecinos consiguieron que lo indultaran y lo redecoraran. Para eso contrataron a un artista llamado Florentijn Hofman, que era un señor famoso por pintar una calle de amarillo o por su Rubber duck, su patito de goma gigante.

Hofman decidió pintar la casa completamente de azul para llamar la atención de los transeúntes y como una invitación para que reflexionaran sobre su pasado, su presente y su futuro. Y se ve que no es un hombre que deje las cosas a medias porque en esa fachada todo es azul, las puertas y las ventanas también.

Siguiendo con la arquitectura peculiar, podemos encontrar las casas cubo. Fueron diseñadas por Piet Blom y en su momento no gustaron del todo. Son una especie de bloques de color amarillo y gris, girados 45º, que se mantienen en equilibrio de una manera bastante original. Lo más curioso de todo es que las casas están habitadas, excepto una que sirve como museo, y así los vecinos no reciben tantas visitas inesperadas.

 

 

Pero en Rotterdam no solo tienen casas originales, también hoteles originales. Como el SS Rotterdam, que en 1959 fue un trasatlántico que realizó su viaje inaugural hasta Nueva York con más de 2000 pasajeros.

Y acabamos hablando de Erasmus, que es esa beca que permite a estudiantes universitarios pasar unos meses en una universidad de algún país distinto al suyo.

¿Y por qué hablamos de Erasmus? Por Erasmo de Rotterdam, que por el año 1500 se dedicó a estudiar en diversas universidades europeas, en un momento en el que esa movilidad no estaba al alcance de cualquiera.

Además hoy en día se sigue recordando a Erasmo en Rotterdam por medio de un puente. Este puente Erasmus o “el cisne” como lo conocen los holandeses es uno de los símbolos de la ciudad y está diseñado para levantarse y dejar pasar a los barcos.

 

Rotterdam, ciudad de arquitectura

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